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Capitulo II del Hacha al Garfio

Segunda Parte: Del Hacha al Garfio – El Saqueo Religioso como Herencia Vikinga

Antes de los cañones, antes de las banderas negras ondeando en el Caribe, el mundo ya conocía el sonido del saqueo... y la iglesia ya sabía lo que era el miedo.

Corría el año 793, y una tormenta de fuego descendió sobre la tranquila isla de Lindisfarne, en la costa noreste de Inglaterra. Allí, un monasterio cristiano fue arrasado por hombres rubios, barbados y sedientos de oro y sangre: los vikingos. No fue un ataque al azar. Fue preciso. Fue certero. ¿Cómo supieron de ese monasterio? ¿Quién los dirigió hacia esa riqueza sin defensa?

Muchos historiadores aún debaten si fue una casualidad o si alguien del continente, con rencor contra la iglesia, les susurró el camino. Porque los vikingos eran guerreros, sí, pero no tontos. Atacaron donde sabían que habría botín... y poca resistencia. Monjes, cálices de oro, códices sagrados: todo era parte del botín.

Ese día, comenzó una tradición brutal que el tiempo solo perfeccionó: el saqueo religioso como acto de poder y símbolo de rebelión.

Siglos más tarde, esos mismos principios serían adoptados por los piratas del Caribe. Pero ya no vendrían con hachas, sino con pólvora. Ya no buscarían venganza pagana, sino libertad ante reyes y papas.

Y en esa locura sin dios, la isla de Nueva Providencia se convirtió en el nuevo santuario... pero de herejes.Cuando los corsarios dejaron de responder a las coronas que los financiaban, el mundo se encontró con una nueva especie de hombre libre: el pirata. Ya no obedecían reyes ni papas, solo el rugido del mar y la promesa del oro. Pero toda libertad necesita un lugar donde refugiarse, y fue así como dos islas se convirtieron en santuarios del caos: Nueva Providencia y la Tortuga.

Benjamin Hornigold, uno de los líderes más influyentes en la isla, estableció una especie de “gobierno pirata”. Bajo su protección, surgieron figuras legendarias como Edward Teach, mejor conocido como Barbanegra, quien encontraría en Nueva Providencia no solo un refugio, sino una base de poder que pondría en jaque al Imperio británico.


Nueva Providencia fue tan temida que los comerciantes europeos preferían rodear el continente antes que cruzar por sus aguas. Pero, irónicamente, muchos de esos piratas habían sido criados bajo bandera inglesa. Algunos incluso recibieron cartas de corso de la corona, autorizándolos a atacar enemigos del reino. Ahora, esa misma corona los perseguía como criminales.


Los lobos que antes cazaban para el rey ahora se comían a sus corderos.


Y aquí comienza las edad de oro de los piratas. En el capítulo III

La Edad de Oro de la Piratería se acerca! ⚓️🏴‍☠️

Prepárate para conocer a los piratas más temidos de la historia:

Barbanegra, Anne Bonny, Calico Jack, Charles Vane…

Nombres que hicieron temblar a reyes, iglesias y comerciantes por igual.

En el próximo capítulo, entraremos a la famosa República de los Piratas en Nueva Providencia, donde no había trono ni altar…

solo pólvora, oro y libertad.


Descubre cómo convirtieron el caos en un sistema, con códigos de hermandad, castigos brutales y saqueos legendarios.


¿Estás listo para navegar con ellos?

Muy pronto en el próximo episodio de Del Hacha al Garfio.

⛵🔥💀




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