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La caída de las Monarquías y las aún vigentes

Título: El ocaso de las coronas: la caída de las monarquías y la supervivencia de las que aún gobiernan

A lo largo de la historia, las monarquías han sido la forma de gobierno predominante en gran parte del mundo. Reyes, reinas, emperadores y sultanes han dominado imperios, definido religiones y marcado el destino de millones. Sin embargo, los siglos han sido testigos de la caída progresiva de estas casas reales, dando paso a repúblicas, democracias o dictaduras modernas. Hoy, solo unas pocas monarquías sobreviven. ¿Por qué algunas cayeron y otras siguen en pie?

La caída de las monarquías: causas principales

Revoluciones sociales y políticas:
Desde la Revolución Francesa (1789), las ideas de igualdad, libertad y soberanía popular empezaron a cuestionar la legitimidad del poder monárquico. Lo mismo ocurrió en la Revolución Rusa de 1917, que acabó con los zares, y en muchas otras rebeliones que vieron en los reyes símbolos de opresión.


Guerras y derrotas:
Las dos guerras mundiales fueron letales para varias monarquías europeas. Al finalizar la Primera Guerra Mundial, cayeron las casas imperiales de Alemania, Austria-Hungría, Rusia y el Imperio Otomano. La derrota y el desgaste social y económico provocaron un cambio radical en la estructura del poder.


Presiones internas y corrupción:
En muchos países, las monarquías eran vistas como instituciones anticuadas, asociadas al privilegio y desconectadas del pueblo. La falta de reformas, la represión de libertades y el exceso de lujos frente a la pobreza generalizada alimentaron el descontento.


Colonialismo y descolonización:
En Asia, África y América, muchas monarquías tradicionales desaparecieron tras la colonización, o fueron suprimidas por regímenes autoritarios o nacionalistas durante los procesos de independencia en los siglos XIX y XX.


Las monarquías que sobreviven: ¿por qué siguen en pie?

Hoy en día, existen alrededor de 40 monarquías en el mundo, pero pocas ejercen un verdadero poder político. La mayoría son monarquías constitucionales, es decir, sus funciones están delimitadas por una constitución y su rol es simbólico. Algunas de las más conocidas son:

Reino Unido


España


Japón


Suecia



Marruecos


Arabia Saudita


Tailandia


Jordania


Mónaco


Emiratos Árabes Unidos (con monarquías locales federadas)


¿Cómo se mantienen estas monarquías?

1. Finanzas y recursos:
Las monarquías vigentes tienen distintas fuentes de ingreso:

En Europa, como el Reino Unido o España, sus casas reales reciben asignaciones del Estado (presupuesto público), pero también generan ingresos mediante sus propias propiedades (bienes inmuebles, tierras, turismo y marcas comerciales).


En países del Golfo Pérsico como Arabia Saudita, las monarquías están ligadas directamente al petróleo y controlan grandes sectores económicos. No solo viven del Estado: son el Estado.


Algunas monarquías del sudeste asiático, como Tailandia, tienen fondos privados multimillonarios y empresas familiares diversificadas.


2. Papel actual: entre lo simbólico y lo estratégico
Las monarquías actuales cumplen varios papeles:

Unidad nacional: Representan la continuidad histórica, la tradición y la estabilidad frente a crisis políticas.


Imagen internacional: Son embajadores permanentes del país, con un peso cultural y diplomático considerable.


Adaptación al cambio: Muchas casas reales han sabido reinventarse, acercarse al pueblo, moderar su estilo de vida y promover causas sociales o ambientales para justificar su existencia.


¿Por qué han sobrevivido algunas monarquías?

1. Legitimidad histórica y cultural:
En países como Japón, la monarquía es milenaria y vista como parte esencial de la identidad nacional. La figura del emperador, aunque sin poder real, tiene un fuerte peso simbólico.

2. Estabilidad política:
En muchas monarquías constitucionales, el rey o reina es un árbitro neutral en el juego político, lo que evita polarización extrema. Esto ha hecho que incluso sectores republicanos toleren su presencia.

3. Apoyo popular o control del poder:
En democracias como Noruega o Países Bajos, el apoyo a la monarquía ronda el 60-80%. En contraste, en monarquías absolutistas como Arabia Saudita, el poder se mantiene por control político, religioso y militar.

¿el fin de las monarquías es inevitable?

El mundo tiende cada vez más hacia la democracia y el cuestionamiento de los privilegios heredados. Sin embargo, muchas monarquías han entendido que sobrevivir implica transformarse. Mientras tengan una utilidad simbólica, se adapten a las demandas sociales y eviten el abuso de poder, seguirán existiendo.


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